Marian y yo no nos lo hemos querido perder.
Como siempre nuestros ojos son para las muñecas y las minis, que por supuesto había unas cuantas.
Parece que si que ha tenido una buena acogida, aunque el tiempo no acompañaba.
Fue en el nuevo pabellón de congresos, en el complejo del Museo de la Evolución Humana,
Hay un pero para los organizadores; un suspenso, pues había zonas en las que hacia frío y los pobres expositores con abrigo y todo, así que esto es un tirón de orejas; cuando se organiza una cosa hay que contar con los pros y los contras, supongo que tendrán las quejas que se merecen.
Pero como de costumbre me fui a casa con algún recuerdo de la ocasión. La niña de comunión me enamoro desde que la vi sobre aquella mesa.